martes, 18 de septiembre de 2012

la importancia de llamarse soledad


hay dos cuadros en una habitación
y uno está vacío,
a eso me refiero.

hay sombras
un naranjo sin flores
(amarillo sin sol)
a eso me refiero.

hay té frío
una mujer despierta hace días
y rocío sobre las sombras,
sus hilos cociendo distancia
son las voces que llegan tarde
a eso me refiero.

las jaulas son de los pájaros
pero el aire    olvida pronto. 

pajarito celeste
océano
blue bird
cielo

ají rojo 
picante
todo lo rojo sabe a fuego
como la vez que te abriste al sol
y te chorreaba el blanco por las piernas

alumna predilecta:
                                    tiza
                                     guardapolvo
                                     el borde de las hojas/la cárcel de las palabras/las sabanas
                                     la luz de afuera
                                     la ventana
                                     el cartel de la ciudad/un beso.

domingo, 2 de septiembre de 2012

La niebla

Kris Tate


Por Nadia Sol 

Cazador, cazador, 
quién te esperará bajo el sol…
j.g.


Ayer la niebla en el bosque. Hoy la niebla en la garganta. No hay tecito que calme esta tos, este aullido. Ansiedad de verano. De verde bajo el sol. De naranjas floreciendo del árbol. De naranja tibio de lona de pelopincho cediendo nuestros encuentros acuáticos. Nocturnos.

Viaje a los viajes en bicicleta. Yo agarradita a tu cintura.
Los edificios del conurbano gritándole a nuestros gestos.

De entre el blanco abrumado salió una pelota de básquet, fue a parar al medio del arco. La niebla bajó de los árboles del bosque. Los lobos llevaban sus camisetas de fútbol atadas a las patas. La cancha era un frezeer. Blanco colmillo, blanco por la niebla.

Ansias de verano, de sol sobre el asfalto, de peces en tu patio.
La primera desnudez, blanco por la luna, celeste agua, amarillo por tu pelo.

Los árboles de invierno hieren al cielo, sus ramas más altas dejan rayones sobre el naranja atardecer. El sol va a dormir al bosque.

La cancha, ansias de verano, tu pelopincho.
Un aullido oscurece la niebla.