sábado, 14 de junio de 2014

Rota

Doodles in Deep Space Art Print
Te advierto que acá no queda nada seco.

Tirar misiles, cinco por cada mano, acariciar de lengua. Buscar epicentros y volver. Arrojar todos los jugos de mí antes de que algo pase. Intuir tibieza sobre las sábanas sin cruzar la puerta, mentir, negar hasta que llegué el fuego, o una tormenta.

La humedad corriendo por mi boca. El hueco colmado, llenándose y vaciándose, al ritmo de tu respiración, la mía. Siempre agitadas. Apretar el cuello de esa estrella que somos, apretar hasta manchar las sábanas, las frazadas, sin darnos cuenta.
   
Explosión subterránea de zombies y deseo, pero bajo la piel de un astro. Piernas envueltas. Medias negras. Mis piernas son una abertura en la constelación de la noche, por donde salir sin destino, vagabundas, putas y hermosas. Salir a la calle, manchadas de todo y sorprendernos del desastre. Tocar y acariciar lo húmedo con la lengua, las manos, lo pies, revolcarnos en el piso frío, desplegar un mapa en blanco sobre el asfalto, marcar con cruces el camino, cortarnos un poco para salir a ese desierto y que de nosotras queden huellas. Carne viva. Un corte profundo sobre otra herida, el hueco surcando el hueco, las piernas cediendo a la inmensidad de la noche. Arena blanca. Una duna, otra, apretar para dar forma y salir rápido por la sangre de la herida, antes que se desate la tormenta.

El mundo es demasiado pequeño y deforme para que entremos la dos. Ay, en ese caos de habitación, el mundo no puede ni con tus piernas ni con las mías. No puede ser este tajo que sangra y lo vampiriza todo. El mundo  tan real y ruidoso ultraja nuestros deseos de bocas y saliva. Te prefiero muda, sabes. Cuando te vas, te prefiero simple, blanco y negro, apenas delineada por la luz. Prefiero eso a entenderme fugaz y efímera en una tarde voluptuosa, afiebrada de colores y espesor.

No quiero percibir los ruidos de un abrazo estúpido, los ruidos del circo, antes de enjaular a la fiera, una mujer de barba espesa y túnica de seda. Ahí no llega ningún bondi querida, estamos listas, nunca sabremos  de qué nos amparaba el velo de seda. La herida hizo de aquel mundo  y de este, dos manchas verdes en la galaxia.

Hubo un puente, te lo conté la primera vez. Por ahí cruzaban dos lejanas, en ese punto del universo gravitaban al unísono dos planetas, “dos en una colisión galáctica" entonces me hiciste entender que un abrazo no es menos que una bomba puesta en las coordenadas exactas en el momento indicado.

domingo, 8 de junio de 2014

Napoleon Cat Art Print






Me sentí un poco Napoleón, pero vos fuiste tan Rusia quemándolo todo a mi paso. 
Sos el Teg del desconcierto. Y está bien, no se puede conquistar nada que se hunda en la niebla.