martes, 19 de abril de 2011

Once


Sabrá él que estas medias son mías, y que si las dejo en este caos de habitación que no duerme porque hay desvelo y siempre hay algo que hacer, que yo viene a confirmarle que soy una más, un par más, un resto más, una prenda que se olvida, una prenda/excusa para volver algún día, tal vez al siguiente.

Y que si me acuesto en su cama para amanecer desnuda y con olor a sexo es solo porque algo de mi dice, en algún lugar del cuerpo, que todo tiene sentido, un sentido lastimoso, enfermo pero adictivo. Pero está bien, el es un tipo desordenado ya lo dijo, no voy a pretender que ahora cambie su vida de lugar, limpie y planche cada pliego desordenado, toda su mierda.


Entre nosotros hay mucho de orilla que no linda con nada, mucho de azar, pero pocos aciertos más bien dos o tres. O tal vez, ninguno, porque quizá nunca nos conocimos, y él logró abortarme antes del primer beso, la primera salida, y esas cosas. Lo cierto es que nadie duerme en la misma cama por dos noches, el río de las sabanas no será el mismo, no more.

1 comentario:

  1. "...Entre nosotros hay mucho de orilla que no linda con nada, mucho de azar, pero pocos aciertos más bien dos o tres. O tal vez, ninguno, porque quizá nunca nos conocimos, y él logró abortarme antes del primer beso, la primera salida, y esas cosas.
    Lo cierto es que nadie duerme en la misma cama por dos noches, el río de las sabanas no será el mismo, no more".

    Me gusta mucho tu estilo de escritura...

    ResponderEliminar