miércoles, 23 de noviembre de 2011

Canción



La almohada es un poco canción, apoyo la cabeza para oírla pero el sueño me distrae. Si pudiera oír tu voz es off hasta que pase el temblor, la lluvia, esas cosas.

La tormenta es ruidosa, pienso en las bicicletas de las estaciones de tren, duermen como murciélagos.

Mi piel tiene memoria, huele a tu sombra, a la sombra de mi árbol en la ventana, a las sombras de la estación cuando alguien pierde el último tren y no le queda otra que esperar.

Hace tiempo que no venís por casa y sabes que la lluvia me da miedo cuando estoy sola. El agua cae por los caños, las ruedas. El piso se moja, está sucio. La onomatopeya de los caños. La gente frunce las cejas ya es hora de tomar el tren. El amanecer llega pronto.

La tormenta pasa con la noche, el techo se escurre sobre el pasto de mi patio formando pequeñas lagunas. Hay cosas que no se olvidan, una canción, escucharte respirar.

Es más fácil dormir y buscarte desde mi cama con las manos. Hace frío en la estación pero todavía no es invierno. Las cosas fueron mal, el tren no llega. La gente sigue de pie sobre el andén mojado, las bicis rechinan con voz de murciélago. Los recuerdos se empañan y cambian de forma volviéndose inútiles. 

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